domingo, 14 de diciembre de 2014

Tanieta, que tienes que explicar las cosas irregulares y sobre Ribas lee a tu beneficiado hermano

 
A la musa de izquierda Hundida de Madrid y candidata a la Presidencia de la Comunidad le hacen una entrevista en ABC y le ahcen varias preguntas y entre otras una que constesta de una forma peculiar:

 -¿Es «fuego amigo» el que la sitúa en el epicentro de la corrupción de Rivas-Vaciamadrid?
-No hay corrupción en Rivas. Ni favoritismos ni un solo euro de dinero público dedicado a nada distinto que dar servicios públicos. No me creo que nadie de IU acuse de algo así a su alcaldía de referencia. Si alguien está criticándome o montando dossieres sin contenido ni fondo, está disparando contra toda IU, y contra la candidata que ha sido elegida por amplia mayoría entre la militancia y los simpatizantes; conviene que se asuma ese resultado cuanto antes.

Como hemos dicho en otra ocasión, Vd mintió cuando negó que no estaba presente en el Pleno Municipal en el que se hizo una concesión de un contrato y Vd votó en ese pleno, que no reunión  y ademas de su obligación de estar ausente .ESo es tan elemental que no concoerlo la incapcita a Vd. par aun cargo de rango mayor que el de concejal de pueblo con apoyo continuo del Secretario del Ayuntamiento
En que habéis convertido a Rivas en un lodazal, no lo decimos nosotros, lo dice tu "helmano"; leelo en sus declaraciones a ABC en donde dedica al alcalde  epítetos especiales.

Al rojo vivo
Luis Ventoso

ABC 27/11/2014

¿Superarán nuestros héroes los disgustillos de las corruptelas?

Él, de 35 años, complexión enjuta y atuendo más juvenil que su edad, aterriza en el Adolfo Suárez. Vuelve a casa agotado tras otra semana de trabajo extenuante en Estrasburgo, batallando contra el libre mercado y la cordura fiscal. Llega a su piso del Puente de Vallecas y saluda a su perro. Se suelta la goma de la coleta, se pega una ducha para despejarse y se pone una camisa limpia de cuadros (la blanca remangada con la corbata floja es el uniforme de guay-televisivo, y hoy no toca).
A quince kilómetros de allí, en su piso de Rivas, ella, una mujer rubia de 36 años y vivaces ojos oscuros, aguarda inquieta el reencuentro con su amado. Este no será otro fin de semana feliz, de cenita en un mesón progresista tras los triunfales bolos televisivos en las cadenas derechistas de izquierda. Tampoco habrá una plácida velada casera, escuchando a Lluis Llach y a Extremoduro, o revisando alguna película con mensaje de Haneke o Fernando León. Él ni siquiera está yendo estos días a sus televisiones, porque hay preguntas complicadas que es mejor no encarar. El reencuentro de hoy será distinto. La prensa, machista y de la casta, la ha pillado con el carrito del helado. Ha revelado que ella, siendo concejala comunista de su pueblo, le entregó un contrato de 137.000 euros a su hermano, que constituyó expresamente una empresa para atenderlo. Además, la acusan de hacer negocietes con un piso de protección oficial.
Se citan en un bar de barrio. No les gusta frecuentar los decadentes cenáculos burgueses, y además es más discreto. Ella lo ve venir a través de la cristalera y evoca con ternura momentos inolvidables: la lucha en el frente del tertulianismo, donde ella es más fogosa, aunque tal vez él resulte más efectivo con su teatro de profeta laico; la admiración por la troika de la prosperidad, Hugo, Fidel y Evo; las vacaciones en las calas de Baleares, una pequeña concesión burguesa; la repulsión compartida por los empresarios –siempre que no sean de la familia– y el odio a la oligarquía.
Entra él, delgado, algo cargado de espaldas, siempre con la mirada triste y esa sonrisa fatigada. Se sienta y pide un café con leche («los gin tónic son cosa de la casta», ha explicado alguna vez). Un silencio pétreo se alza entre ellos. ¿La abandonará al saberla enfangada en la corrupción más rampante? Muy lentamente, él alarga su mano blanquecina de oficinista y toma la suya. «No te preocupes, cariño, que a eso le doy yo la vuelta con tres o cuatro tertulias bien programadas y un poco de Twitter». De los labios de ella emana un suspiro de gratitud. Él acaricia con delicadeza la caída de su melena alba: «Tranquila. La casta está de caza, pero los más astutos guardianes del orden no pueden impedir el despertar del pensamiento del proletariado», susurra citando a Lenin. «Socialismo o barbarie», musita ella, animándose con el viejo eslogan de Rosa Luxemburgo. Salen del bar. Mientras se aclara una muela con un mondadientes, el camarero se explaya con un parroquiano: «Y ahí tienes a estos pájaros. Todo el día dando lecciones en la tele y acaban de llegar y ya están chupando del bote».
[Continuar la lectura]

Imagen de ABC

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