Aqui hemos reiterado que las balanzas fiscales no sieven apra nada si no se acompañan de los flujos comerciales que es lo que realmente es improtante para saber quien recibe de quien y fundamentalmente. Es importante que se plasme el desequilibrio interregional real. Hemos repetido hasta al saciedad que aquel que compra mas de lo que vende se empobrece; es decir enriqueciendo al otro. El déficit comercial de España con Cataluña es del 12 %: unos VEINTE MIL MILLONES de euros, mientras nuestro déficit con Alemania es del 1 %.
Es hora de acabar con los privilegios de algunos como Vascongadas y Navarra y las tomaduras de pelo crónicas en que no pagan lo que les corresponde y lo hacen tarde mal y arrastras. La distribución del IVA entre España y Vascongadas es una tomadura de pelo monumental. UPyD es el único que ha propuesto realmente eliminar los privilegios del pufo vasco y navarro como los denominaba buesa.
El pufo vasco
Mikel Buesa en La Ilustracion Liberal de cuyo artículo solo ofrecemos al introducción, ahora en la refeencia pueden lerr todos lso datos en cifras porque es una estafa a todos los españoles
Pufo. m. fam. Estafa, engaño, petardo.
Petardo. m. fig. Petición de una cosa con ánimo de no devolverla.
(Real Academia Española: Diccionario manual e ilustrado de la lengua española, 3ª ed. rev., Espasa Calpe, Madrid, 1985).
Introducción
Desde la perspectiva financiera del sector público, el País Vasco y Navarra representan un caso singular. El Concierto Económico vasco y el Convenio navarro apartan a ambos territorios del sistema de financiación establecido para las demás autonomías y propicia que en ellos la disponibilidad de recursos en manos del Gobierno regional supere sobradamente el promedio nacional[1]. La excepcionalidad foral, que en la práctica se traduce en la fijación, bajo reglas negociadas en función de intereses políticos espurios, de un cupo con el que los territorios forales contribuyen a los gastos del Estado, entra así en abierta contradicción con los principios constitucionales de igualdad y solidaridad, "que deben prevalecer sobre los nebulosos derechos históricos"[2] a los que se apela para justificarla, y genera una situación de privilegio de la que es exponente el hecho de su inviable generalización a las demás regiones, pues, como ha destacado Cantarero (2007), si todas las comunidades autónomas adoptasen el sistema de cupo y su cálculo se efectuara a la manera vasca y navarra, "la hacienda central quebraría al no poder hacer frente a sus necesidades de gasto"[3].
En el video se pregunta Domingo Soriano porque la Generaldiad no publica las balanzas fiscales de sus cuatro provincias
Las balanzas de la vergüenza
Emilio Campmany. Libertad Digital 24.7.2014
El debate surgido en torno a los datos conocidos el miércoles tras la publicación de las balanzas fiscales demuestra que somos un país enfermo. Partimos de la base de que a los nacionalistas catalanes les irrita muchísimo que con su dinero se financien escuelas en Galicia, carreteras en Extremadura y hospitales en Andalucía. Y es mentira. Lo que les fastidia no es eso. Lo que no soportan es ser españoles y punto. La prueba está en que los nacionalistas vascos no financian nada de eso, porque se quedan con todos los impuestos que se recaudan en su región y apenas pagan una pequeña parte de lo que les corresponde, y están tan cabreados como los independentistas catalanes. A veces, más.
Y, sin embargo, los que no somos nacionalistas y vivimos en regiones ricas nos estamos dejando embaucar por los políticos de nuestras comunidades y asumimos como propias sus quejas de estar recibiendo menos de lo que aportamos. El madrileño que piense que da a Andalucía o a Extremadura más de lo que recibe está equivocado. O es que los madrileños no disfrutamos y mucho de pertenecer a una nación que incluye a Andalucía y Extremadura, o es que pretendemos que los colegios, los hospitales o carreteras sean allí, por ser más pobres, necesariamente peores. Y qué sería de España y de Madrid si en perjuicio de la competencia sólo los habitantes de las regiones ricas pudieran tener una educación de calidad. ¿De verdad queremos que la autovía hacia el Sur se convierta en un camino de cabras recién pasado Aranjuez?
Es obvio que el sistema de financiación de las comunidades autónomas puede mejorarse, pero no con el objetivo de que las más ricas reciban más para ver si así callamos la boca a los nacionalistas catalanes, que de todas formas no se la vamos a callar. El objetivo tiene que ser que los colegios, los hospitales y los demás servicios públicos sean de una calidad similar en toda España. Y cada comunidad autónoma ha de recibir el dinero suficiente para que así sea según sus circunstancias. Pero si alguna no cumple con su obligación, la Administración central debería poder hacerse cargo de esos servicios hasta que tengan una calidad cercana a la media. En definitiva, el problema no es qué parte del dinero de mis impuestos sirve para pagar servicios a otros españoles que no son madrileños. El problema es qué hacen los políticos regionales con ese dinero.
Es una vergüenza que muchos de nosotros, que no somos nacionalistas, nos revolvamos porque pagamos lo suficiente como para que nos planten magnolios en el parque de la esquina y en vez de eso el alcalde dedica una parte de lo que nos saca a reparar el semáforo de unas manzanas más allá, donde vive gente más pobre que paga menos impuestos. Si sucumbimos a eso es que no merecemos ser una nación y, en consecuencia, dejaremos más pronto que tarde de serlo.
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