Dice el refrán que: "Antes se coje a un mentiroso que a un cojo", asi queda patente en el discurso de la chica que preside la Junta de Andalucía cuando dice: "cualquier persona que resulte imputada por el Tribunal Supremo o por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) va a tener que dejar el escaño".y clarito lo dice, similar cosa dice por ahi Pedrito Campanillero.
Pero hete aquí que se le presenta el supuesto a ambos bocas (según se desprende de lo que dice el Paí$ [El problema reside en las expectativas creadas por Pedro Sánchez y Susana Díaz, afirmando la incompatibilidad entre estar imputado penalmente y ser parlamentario]). Los bocas han de cumplir lo prometido; aquí se trata de responsabilidades políticas no de responsabilidades penales.
El bocas Campanillero dijo en su día que si Chaves o Griñán fueran imputados, “tendrán que abandonar su puesto de diputados”.
Ver el bucle montado por Evole con las afirmaciones de Pedrito Campanillero:
EL Pai$ les reprocha que fuesen tan bocas ya que deberían referirse al código del partido que exige la renuncia al cargo al inicio del juicio oral.
Conviene recordar que hace pocos días Campnillero dio una patada a Invictus (Tomás Gómez) ante una filtración de una posible imputación en próximos días, según la filtración de las cloacas del Ministerio Interior vía Rub-GAL-Kaba.
Toda la tramitación del cese de Invictus y la reposición sin primarias del frailecito Gavilondo tiene un tufo antidemocrático. ¡¡¡Vivir para ver !!!
Ver el articulo de Emilio Campmany
Imputados reacios a dimitir
Libertad Digital 17/02/20015
Creo recordar que alguien con autoridad dentro del PSOE, probablemente Susana Díaz, dijo que si los imputaban, Chaves y Griñán tendrían que dejar el escaño. Pues bien, los imputan y, como cualquiera podía fácilmente haber previsto, ni se plantea que lo hagan. Se justifica peregrinamente alegando que no se les ha imputado ningún delito concreto y van a comparecer como imputados porque han pedido ellos voluntariamente declarar. Como si no hubiera otra forma de comparecer ante el Supremo que no sea en calidad de imputado. O como si su situación no se debiera a que la juez Alaya vio suficientes indicios de delito en sus conductas y el Tribunal Supremo, competente por estar los dos galopines convenientemente aforados, no hubiera al imputarlos confirmado la vehemencia de esos indicios.
Ahora, con ser este comportamiento del PSOE cínico e hipócrita, no es lo más grave. Lo peor es que sea electoralmente rentable mantener a los dos expresidentes de la Junta de Andalucía en sus escaños a pesar de haber sido imputados. Quiere esto decir que los españoles toleran que un imputado siga desempeñando una función pública y lo que les escandaliza es que dimita porque es tanto como reconocer que hay fundamento para la imputación. Sin embargo, la consecuencia inmediata de ésta debería ser la desafección del electorado tan sólo susceptible de ser mitigada mediante una inmediata dimisión.
No es así porque al electorado se le engaña con el argumento inaceptable de la presunción de inocencia. Mientras uno no es condenado, se presume inocente. Muy bien. Pero eso en política no debería valer. ¿Alguien puede imaginarse a un presidente de Gobierno juzgado por asesinato que se niegue a dimitir mientras no haya sentencia firme condenándole? Nadie, pero el caso es que buena parte del electorado de cada uno de los dos grandes partidos rechaza la dimisión de los suyos a renglón seguido de una imputación alegando que podría ser injusta si luego resulta ser el imputado inocente.
El argumento parte de una premisa falsa, a saber, que el desempeño de un cargo político es un derecho inalienable del que sólo puede uno ser privado por una resolución judicial. Y no es así [Continuar leyendo]
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