jueves, 15 de mayo de 2014

La basura que llaman sindicatos de clase apoyando -no gratis, sino con mamandurria- el enfrentamiento civil y el de los trabajadores en Cataluña: ¡¡ Manda cullons !!

 "Que los sindicatos catalanes se hayan convertido en piezas marginales, pero altamente simbólicas del soberanismo, no refleja sólo la enorme perversión del Proceso, sino la confusión abisal en que se han sumido los que aún se llaman a sí mismos genuinos representantes de los trabajadores" (Arcadi Espada).

Como diría un colega, llamarles basura, impresentables, serían términos cariñosos, porque  estos sindicatos son una lacra para este país; no defienden a los trabajadores ni a los parados; han convertido del paro en su gran negocio; ellos como en el casino de las ruletas trucadas, siempre ganan; han sido cómplices de los latrocinios de los ERE fraudulentos en Andalucía; ellos en los ERE, aunque no cobren los que se quedan en el paro, ellos siempre hacen caja.
¿Porque estos hijos de la gran chingada no intentan parecerse a los sindicatos alemanes?; si allí -pese a la escandalización de los dos sátrapas del crucero Báltico (Toxo) y de los múltiples Rolex (Cándido), viven de sus cuotas y defienden con bastante sensatez a los trabajadores y su independencia se basa en eso.
Aquí, por el contrario, le montan una huelguita a los nuevos gobernantes para calibrar de cuanto va a ser la mordida de los recién llegados; fijado el precio, luego empieza una especie de protección mafiosilla.
No se puede entender que unos individuos que viven de saquearnos los bolsillos y que cobran de múltiples partes, no defiendan la legalidad vigente en España y en Cataluña y tratar de gestionar la no existencia de confrontación civil a nivel del Estado y en Cataluña.
Según nos refiera ABC, Arturito paga y pone medallitas y a la gente de la calle que las jodan como en los ERE;  mientras lo de los amigos de mariscaditas a cuenta nuestra de estos chicos tan progres sindicales.
Arturito, organizarles una mas prosaica de butifarra con monchetas; eso si butifarra en abundancia para que se la puedan introducir por el orto para darles súper gustirinin.


 No esta mal, mientras hay gentes que las pasan canutas ellos al buen disfrute, igual que sucedía en la Rusia comunista en donde los de la nomina del partido vivían a cuerpo de rey y la gente tirandillo.Eso es lo que sucede en Andalucía donde entre políticos se lo han llevado crudo.
¿Que hacían los sindicatos en la cajas de ahorro?; pues sencillamente poner el cazo y después de esos escándalos pretenden que la cosa no va con ellos, y, si va por no haber ejercido su papel de control social que era para lo que se les pagaba. José Ricardo Martínez cargo importante del sindicalismo de UGT en Madrid era retribuido con 181.000 euros/año y lo mismo otros de UGT y CCOO. Cuando El Mundo de 17 de febrero de 2012 publica la noticia con una fotografía del minitinero Martínez  y la respuesta de cierto medio de izquierdas con una critica de risa:
    Lo que molesta a El Mundo no son los sueldos, sino que lo cobren sindicalistas
    Es más que discutible si esos sueldos son aceptables, seguramente, y mucho más en instituciones que reciben dinero público, pero esto no es lo que critica El Mundo. El diario de Pedro J. Ramírez lo que denuncia es que entre los Consejeros esté alguien, como José Ricardo Martínez, que pertenece a UGT, una organización, se dice en la información, que hace comunicados en los que se puede leer que “en lugar de abordar una reforma transparente y urgente de un sistema financiero de cuyo estado real nadie sabe, hace cargar sobre los trabajadores una desregulación del mercado laboral que los empobrece”.
 Ver el Artículo de Carlos Herrera: El cuento sindical
ABC  3.05.2014

Cabría también preguntarse si los sindicatos consideran necesario realizar una mínima autocrítica


Ayer salieron a la calle. Los sindicatos. Cuándo si no. Como viene ocurriendo en estos últimos años, la convocatoria no fue seguida de forma masiva por trabajadores concienciados de la desgracia que viven, de la tragedia que experimentan como colectivo. Hay seis millones de parados, inestabilidad laboral, empleos de calidad ínfima, sueldos en permanente recorte… razones todas para que los trabajadores se manifiesten de forma tajante en las calles de España reclamando un futuro que contenga un mínimo de esperanza. Sin embargo, si se observan las imágenes de las diferentes manifestaciones de ayer, no se aprecia una avalancha masiva de personas reivindicando derechos elementales, entre los que se incluya el más elemental de todos: ganarse dignamente la vida con un trabajo. Probablemente haya que buscar la explicación en que los convocantes, los sindicatos, no despiertan en la masa trabajadora un deseo de pertenencia y afinidad: puede que sean considerados parte del sistema, una maraña de burocracia, un saco de turbios intereses políticos. Las centrales sindicales que ayer pidieron «un nuevo Plan Marshall para los trabajadores europeos» o «más derechos para los trabajadores de Bangladesh» son, a ojos de no pocos españoles, meros agentes políticos pertenecientes a una casta que lleva viviendo del cuento demasiados años. Muchos trabajadores están convencidos de que todos los que protagonizan la vida sindical no han dado un palo al agua en su vida y que, desde luego, los representantes laborales trabajan muy poco. No digamos el ejército de «liberados» que puebla el parque empresarial español. Para un trabajador sujeto a la inestabilidad laboral que se cuece en el paupérrimo empleo español, un sindicalista es parte de un parque humano instalado en oficialidad paralela. Efectivamente, también puede ser oficialidad quien combate contra ella.
Tras los diferentes actos de reafirmación de ayer, cabría preguntarse varias cosas. Una de ellas es por el mundo irreal en el que parecen vivir los grandes líderes sindicales y sus diferentes correas de transmisión. Que a estas alturas alguien suponga que la solución a la falta de empleo en Europa está en establecer un mega-Plan E, dinero a fondo perdido a través de vaya usted a saber qué mecanismos, significa que sus razonamientos precisan de una imprescindible puesta a punto. La solución no parece estar en el endeudamiento, pero, ¡en fin!, no me voy a meter en eso. Cabría también preguntarse si los sindicatos consideran necesario, en algún momento del devenir, realizar una mínima autocrítica o reconocer algún atisbo de culpa en los procesos de corrupción en los que están involucrados judicialmente, desde los ERE andaluces hasta los Cursos de Formación en los que parece haberse distraído una nada despreciable cantidad de dinero. Y cabría inquirir, asimismo, si antes o después de los atardeceres prodigiosos de primavera cualquier líder sindical ha hecho acto alguno de contrición por haber sido mano derecha de los gobiernos de Rodríguez Zapatero y su contrastada pereza e ineptitud para afrontar los primeros –y segundos– compases de la crisis, esa que dejaba parados por doquier sin que levantaran la voz más de lo teatralmente imprescindible.
Tienen razón cuando afirman que muchos empresarios son una partida de incompetentes e impotentes. Algunos, por ejemplo, se atreven a sugerir bajadas de salario mínimo y acusan a los trabajadores de «no servir para nada», como recientemente manifestó una individua que ya recibió lo suyo por semejante impertinencia. No todo el mundo sabe hacer bien su trabajo. Pero a muchos nos gustaría saber qué tales empresarios serían ellos, cómo manejarían sus empresas en pavorosos escenarios de crisis, cómo solventarían problemas derivados de la falta de competitividad y, sobre todo, qué tipo de indemnizaciones proveerían para los compañeros de los que hubieran de prescindir, ya que los que ellos aplican en el sindicato claman al cielo. Menudos figuras.

Comentarios desde la calle:
peranton20 (03.05.2014)
Efectivamente: CUENTO SINDICAL,
Con la milonga de la  ^^paz social^^ tenemos que mantener a unos vividores que no hacen nada por el trabajador, solo ^^trabajan^^ haciendo manifestaciones y movidas casi diarias cuando gobierna la derecha, y tragan lo que sea cunado gobiernana los compañeros camaradas de la ziquerda de psoe ¡¡que farsantes, cuánto cuento¡¡
Hay que modernizar y actualizar las organizaciones sindicales, que están  ancladas en el pasado, viven de la sociedad sin aportar nada, ( en Andalucia se han llevado  dinero destinados parados) Estos sindicatos  se han convertido en una lacra para la sociedad, solo defienden sus intereses para mantener sus privilegios y subvenciones, esto no es lo que necesita una sociedad moderna.y dinámica , la sociedad actual necesita  otro tipo de sindicalismo.
Es hora de que estos sindicatos copien del sindicalismo de otros países, como el de Alemania , QUE SE DESPOLITICE Y QUE VIVA DE LAS CUOTAS DE SUS AFILIADOS


manolode (04.05.2014)
Son el cáncer de esta sociedad, en mi empresa los más incompetentes, los más vagos, los que tienen menos prestigio profesional,…,  son los que se liberan, y a partir de ese momento, se pasan el día en las oficinas del sindicato despotricando contra los jefes. No solo dan mal ejemplo profesional, también sindical

No hay comentarios:

Publicar un comentario